Buenos Aires, 7 de Junio de 2022 — El “Día mundial de los refugiados” (World Refugee Day) se conmemora el 20 de junio. La fecha fue instituida por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) en ocasión de cumplirse el cincuentenario de la Convención sobre el estatuto de los refugiados (1951). El desplazamiento forzado sigue en crecimiento en todo el mundo. Esto incluye a refugiados, desplazados dentro de su propio país, apátridas, solicitantes de asilo y otros. La información oficial del año pasado daba cuenta que había más de ochenta millones de personas en esta condición. Las cifras actuales (2022) superan los cien millones, según anticipó el Alto Comisionado de los Refugiados (ACNUR-ONU).
Conexión Oriental impulsa esta fecha como parte de su compromiso puesto en las personas desplazadas y el sufrimiento de los cristianos. “La importancia y urgencia de esta realidad hizo que desde hace unos años extendamos este énfasis a la «Semana por los refugiados y desplazados» que tendrá lugar del 20-25 de junio. Este año adoptamos el lema “Como uno de nosotros” para destacar el sentido de identificación, solidaridad y acogida que como cristianos somos llamados a tener”, señaló Daniel Bianchi, director de Conexión Oriental.
Esta Semana se realiza en colaboración con Comibam para toda Iberoamérica. Cuenta también con el apoyo de entidades reconocidas entre ellas: ACIERA, CEB, Red Misiones Mundiales, Cru, JUCUM, JUnTOS Argentina, FAEC-Iglesia del Libertador, LAPEN, ProArte.
El programa de la Semana se inicia con un encuentro presencial y virtual en la ciudad de Mar del Plata, Argentina, el 20 de junio a las 10 horas. Luego continuará de manera virtual los días 22, 24 y 25. La participación requiere inscripción previa en el sitio web www.cnxoriental.com. El contenido será variado con testimonios, enseñanzas, oración, con conferencistas de distintas partes del mundo.
El propósito de la «Semana por los refugiados y desplazados» es reflexionar acerca de las causas y efectos del desplazamiento forzado, promover la defensa de los derechos de las personas que se han visto obligados a huir de su hogar, porque temían por su vida, su seguridad o su libertad, especialmente los más vulnerados como las mujeres y los niños. “Nuestro compromiso cristiano también requiere que hagamos visible su condición y emprendamos acciones para servir y bendecir a esas personas”, afirmó Bianchi.
“La mayoría de nosotros sabemos que estas personas fueron forzadas a dejar su hogar, y muchas veces su país, debido a la guerra, la persecución, los conflictos, el cambio climático y otras crisis. Sin embargo dejar el lugar es el comienzo de un largo y difícil camino. Muchos refugiados terminan en campamentos, otros quedan impedidos de avanzar por las restricciones en los países por los que transitan, y otros nunca llegan a destino. En medio de todo esto están enfrentan diversos peligros y cuando encuentren un nuevo lugar tendrán un proceso de adaptación que puede ser largo y con muchos pasos burocráticos para poder permanecer”, añadió el presidente de Conexión Oriental.
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