Las denominaciones, las Iglesias y sus congregaciones y la entidades de servicio evangélicas que conforman la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), celebran una vez más el aniversario de la Declaración de la Independencia de la Nación Argentina.
Que oportuno recordar el carácter, valentía y firme decisión de aquellos representantes que firmaron el acta de nuestra independencia. Muchos de ellos eran hombres cristianos, personas de fe. El fruto de sus convicciones cristianas quedó plasmado en el mismo inicio del texto que luego, décadas más tarde, daría lugar a la Constitución Nacional: “invocamos a Dios, fuente de toda razón y justicia”.
Hoy en día, nuestra generación requiere el mismo temple de aquellos patriotas. El ánimo que distingue a los “hacedores de historia”. Coraje, firmeza de convicción, visión de futuro, energía puesta al servicio de la causa de la transformación nacional, principalidad de los valores: ¡HONESTIDAD, HUMILDAD, AUSTERIDAD, TRANSPARENCIA, IDONEIDAD y TEMOR DE DIOS!
Nuestro desafío actual, es estar a la altura de las circunstancias, como Iglesia de Cristo en Argentina, a la vez que ciudadanos de esta gran Nación pensada y amada por Dios.
Los cristianos recibimos el don de una esperanza superior. Una esperanza más allá de todas las cumbres que pueden desearse, aspiramos a alcanzar un bien divino: el amor de Dios, la vida abundante y eterna.
Apoyados en el poder y la misericordia del Señor, esperamos la realización presente y futura de la Argentina que Dios quiere. Una idea de país, con base en la justicia, la paz y el bienestar de todos sus ciudadanos y sus residentes. Quienes componemos ACIERA alentamos desde esta institución a quienes con pasión y devoción por la patria se animen a ser esos factores de cambio. Los que desde su testimonio, su bien hacer y su levantar los valores del Reino, están dispuestos a dar los pasos que la Argentina necesita para llegar a ser el país que Dios quiere.
Las fuentes de esta esperanza están puestas en Nuestro Señor Jesucristo y en nosotros; no se trata de sentarse a esperar, sino de lanzarse a trabajar. Desde la labor de ser agentes da cambio social cotidianos, hasta la responsabilidad de inundar cada esfera social con las proclamadas Justicia, Paz y Bienestar, el trabajo es arduo y sacrificado, en pro de alcanzar tan altos propósitos, manifiestos claramente en la Biblia, la Palabra de Dios: “somos Luz y Sal del mundo”.
Es el deseo de ACIERA, que en este 9 de julio, como en el de 1816, se proclame la esperanza de una Argentina a la imagen de Dios.
Con esta firme convicción, desde la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina, proclamamos un ¡Feliz Día de la Independencia Argentina!
Consejo Directivo de ACIERA
09/07/2013