“Del Señor es la Tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos la habitan”: Salmo 24:1
El Día Mundial del Medio Ambiente fue establecido por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas el 5 de junio de 1972, para marcar el inicio de la Conferencia de Estocolmo sobre el Medio Humano. Otra resolución adoptada por la Asamblea General, ese mismo día, dio origen a la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Como Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina adherimos a esta fecha colocando en relieve que Dios mismo ha sido quien desde el mismo comienzo de la creación ha dado su énfasis en el cuidado de la misma, colocando al ser humano como responsable absoluto en su interacción con la biodiversidad. Génesis 1:26-31.
Esto significa que existe una relación intrínseca entre aire, agua, vegetales, animales, el ser humano, el desarrollo tecnológico y sustentable, al que somos llamados a custodiar como mayordomos.
Lastimosamente, vemos que esto no es la realidad que vive la humanidad, producto de tomar caminos según sus propios criterios que nos han llevado a una situación límite, donde todos los componentes de la Tierra, atmósfera, ríos, mares, bosques, vienen padeciendo continuamente por parte del ser humano un destrato injusto e irresponsable, manifestándose así el desequilibrio que luego se traduce en catástrofes y calamidades, que como una especie de boomerang vuelve una y otra vez como un mensaje de alerta.
Este 5 de junio de 2020 será recordado como el año donde se celebra el Día del Medio Ambiente, en un contexto donde la creación “ha respirado”, a causa del aislamiento social que se ha producido en casi todo el mundo. Hemos visto que muchas ciudades donde no se veía la luz del sol ahora se distinguen puentes, edificios, los árboles han reverdecido, animales que se creían en extinción han aparecido en las calles de las ciudades, aguas que después de décadas se observan nuevamente cristalinas. Un fenómeno que nos ayuda a reflexionar en la imperiosa necesidad de ser responsables por el medio ambiente.
Recordamos la frase de Martin Luther King Jr.: “Si supiera que el mundo se ha de acabar mañana, yo hoy aún plantaría un árbol”.
Consideremos con todo cuidado las acciones que podemos llevar a cabo, y dediquémonos a la tarea común de conservar todas las formas de vida de nuestro planeta, con un sólido compromiso y firme confianza en el Señor, Creador y sustentador de todo.
COMITÉ EJECUTIVO DE ACIERA