Buenos Aires, 24 de marzo de 2024.- Desde la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), creemos que la conmemoración del Día del Niño por Nacer, celebrado el 25 de marzo, nos brinda una oportunidad invaluable para reflexionar sobre el valor supremo de la vida en gestación. En un mundo que a menudo se encuentra inmerso en debates éticos y políticos sobre el tema del aborto y los derechos reproductivos, esta conmemoración nos invita a detenernos y contemplar la belleza y lo sagrado de cada vida que está comenzando su camino en el útero materno.
La vida humana, desde su concepción, es un milagro en sí misma. En ese diminuto pero prodigioso espacio, se lleva a cabo un proceso asombroso de desarrollo y crecimiento, donde cada célula, cada órgano, cada sistema, se forma con una precisión maravillosa. Esta realidad nos recuerda que la vida en gestación no es simplemente un grupo de células sin importancia, sino un ser humano único, con su propia identidad genética y su potencial inmenso.
El valor de la vida en gestación no radica únicamente en su potencial futuro, sino en su intrínseca dignidad como ser humano desde el momento mismo de su concepción. Cada niño por nacer lleva consigo la promesa de un futuro, la capacidad de amar, de aprender, de contribuir al mundo que le rodea. Es un recordatorio de que cada vida importa, sin importar su edad gestacional, su condición social, su estado de salud o las circunstancias que rodean su llegada al mundo.
La conmemoración de este día también nos invita a reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos como sociedad para proteger y promover el derecho a la vida de todos los seres humanos, especialmente de aquellos que son más vulnerables y necesitan de nuestra protección. Esto implica no solo garantizar un entorno seguro y saludable para las madres y los niños por nacer, sino también brindar el apoyo y los recursos necesarios para que cada embarazo sea recibido con amor y cuidado.
La Biblia, como fuente de inspiración y guía espiritual para muchos, nos ofrece varios versículos que resaltan la importancia y el significado de la vida desde el momento de la concepción. Por ejemplo, en el Salmo 139:13-16, se nos recuerda que cada uno de nosotros es maravillosamente creado por Dios en el vientre materno: «Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.»
En este día de conmemoración, es importante no solo reflexionar sobre estos principios, sino también traducirlos en acciones concretas. Esto implica apoyar y promover alternativas al aborto, como la educación sexual integral, el acceso a servicios de salud reproductiva y el fortalecimiento de redes de apoyo para mujeres embarazadas en situación de vulnerabilidad. También implica abogar por leyes y políticas que protejan el derecho a la vida desde el momento de la concepción y brinden apoyo integral a las madres y a sus hijos por nacer, fortaleciendo también, las relaciones familiares, con el objetivo de prevenir embarazos no deseados y crear entornos donde cada vida sea valorada y respetada.
Asimismo, es esencial ofrecer amor, compasión y apoyo a aquellas personas que han experimentado el dolor y la angustia del aborto, recordándoles que siempre hay esperanza y perdón en la misericordia de Dios.
Al celebrar el Día del Niño por Nacer, reafirmamos nuestro compromiso con la defensa de la vida desde su inicio hasta su fin natural. Nos comprometemos a ser voces de aquellos que no pueden hablar, a ser defensores de los derechos de los más indefensos, a trabajar juntos para construir una sociedad que valore y proteja la vida en todas sus etapas y manifestaciones.
En última instancia, al conmemorar el Día del Niño por Nacer, renovamos nuestro compromiso de ser defensores de la vida en todas sus etapas, de seguir el ejemplo de amor y compasión de Cristo y de trabajar juntos para construir un mundo donde cada vida sea valorada, protegida y celebrada.
Comité Ejecutivo de ACIERA