Buenos Aires, 30 de septiembre de 2024.- Durante la semana del 22 al 28 del corriente mes, el Centro de Convenciones de Incheon, en Seúl, Corea del Sur, fue el escenario del Cuarto Congreso de Lausana, bajo el lema: “Que la iglesia proclame y exhiba a Cristo unida”. Este evento reunió a más de 5.000 personas de más de 200 países, provenientes de los cinco continentes, con miles más conectados virtualmente, marcando un hito histórico para la Iglesia global. Además, se anunció que en 2026, la ciudad de San Pablo, Brasil, acogerá el Encuentro Mundial de Jóvenes Líderes del Movimiento de Lausana.
Previo a la convocatoria, se elaboró el informe “El estado de la Gran Comisión”, una investigación profunda, cuantitativa y cualitativa, del avance del evangelio y su estado actual en los cinco continentes.
El Congreso fue un espacio de inspiración y motivación, centrado en profundizar la visión del movimiento evangélico global: llevar el evangelio a cada persona, formar iglesias discipuladoras en todos los pueblos, desarrollar líderes a imagen de Cristo en cada ámbito, e influenciar cada esfera de la sociedad con los principios del Reino. Hubo un énfasis especial en la importancia de las relaciones y la colaboración para que la Iglesia avance unida.
La participación de ambos géneros tanto en las exposiciones y enseñanzas como en la concurrencia fue notoria; sobre todo si se tiene en cuenta que en el primer Lausana no participaron mujeres. Del público general se estima que el 29% fueron mujeres, y en cuanto a los oradores principales, las voces femeninas se oyeron tanto como masculinas.
La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) estuvo presente con una numerosa delegación, que incluyó a miembros del Consejo Directivo Nacional como Ligia Wurfel, Alejandro Rodríguez, Norberto Saracco, Jael Ojuel, Jonatan Proietti, Pablo Silvestri, Marcos Oszurko (ACIERA Niñez) y Fernando Altare, director nacional de e625. A ellos se sumaron otros representantes de ministerios, como Amilcar Matosian, director ejecutivo del Consejo de Pastores de la Ciudad de Buenos Aires.
Más de 300 participantes de América Latina, representando a los países miembros de la Alianza Evangélica Latina (AEL), también estuvieron presentes. El pastor Juan Cellammare, presidente de la AEL, encabezó esta delegación. En su próxima Asamblea General, que se realizará del 14 al 18 de octubre en Quito, Ecuador, se revisará con detenimiento la Declaración de Seúl, que ha sido objeto de debate en algunos sectores, con el objetivo de fortalecer la unidad de la iglesia en la región.
Los asistentes participaron activamente en más de 1.000 mesas dispuestas en el Centro de Convenciones de Incheon, donde se compartieron experiencias, se establecieron nuevas relaciones, y se escucharon conferencias, testimonios, entrevistas, y presentaciones artísticas y musicales. Entre las actividades más destacadas, se recordó el legado de fe de la Iglesia coreana y se celebró el 50º aniversario del movimiento de evangelismo global, iniciado en Lausana (Suiza) en 1974, seguido por los congresos de Manila (Filipinas) en 1989 y Ciudad del Cabo (Sudáfrica) en 2010, hasta llegar a este Cuarto Congreso en Seúl.
Uno de los mensajes más impactantes fue el del reverendo Jason Lee, presidente de la Junta Directiva de Lausana, quien subrayó el contexto único de esta conferencia: hiperconectada en una era dominada por la cuarta revolución tecnológica, con un cambio de protagonismo en la misión global desde el Norte hacia el Sur, donde las iglesias de Asia, África y América Latina desempeñan un rol cada vez más relevante.
También destacó la necesidad de la unidad intergeneracional en la misión, dado que múltiples generaciones, desde los baby boomers hasta la generación Z, deben unirse para proclamar el Evangelio en tiempos desafiantes. Según un estudio del Barna Group, cerca del 59% de los jóvenes cristianos abandonan la iglesia permanentemente o por largos períodos después de los 15 años. La pandemia también exacerbó esta tendencia, afectando principalmente a los adultos jóvenes de entre 18 y 29 años, según un estudio de Christianity Today. Además, se abordó la preocupación por el éxodo de los jóvenes de las iglesias.
Otro tema clave que se discutió fue la situación de la iglesia perseguida en diversos países, incluyendo India, Afganistán, Arabia Saudita, Marruecos, y otros. También se oyeron las voces clamando por los países de América Latina que sufren este flagelo. Fue conmovedor el tiempo de oración unida por los hermanos y hermanas que luchan día a día la discriminación y persecución religiosa.