El pasado 12 de diciembre toda la comunidad cristiana evangélica recibió con beneplácito el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación donde ésta declaró la inconstitucionalidad de un inciso de la ley de educación de Salta -que establece la enseñanza religiosa en los planes de estudio de las escuelas públicas- por considerar que es «discriminatorio» y viola el derecho a la intimidad de las familias.
“El texto del inciso ‘ñ’ del artículo 27 de la ley de educación provincial no contiene un supuesto de discriminación directa sino que, bajo la apariencia de neutralidad, tiene decisivos efectos discriminatorios”, afirmaron los jueces.
Los magistrados sostuvieron que, en la escuela, fuera del horario de clase, todos aquellos que deseen recibir enseñanza religiosa pueden hacerlo.
La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) “celebra dicho fallo porque sostiene que la enseñanza en las escuelas públicas debe ser laica, porque la misma favorece el derecho a la libertad religiosa, respeta la dignidad y la privacidad de cada alumno. Además, la enseñanza confesional debe estar a cargo de la familia de los educandos y/o de la iglesia según el credo de cada alumno.”
“Pero creemos que, sí, se debe enseñar valores en las aulas de las escuelas públicas, como el respeto por la diversidad religiosa, como así también la integridad y la transparencia en las relaciones.”
“Además en provincias como Catamarca y Tucumán también debe aplicarse este fallo de la Corte Suprema. Ocurre una situación similar a Salta: se enseña religión en las escuelas públicas de las mencionadas provincias.”
ACIERA trabaja en sostener que la educación pública es gratuita y laica, como uno de los valores introducidos por la reforma evangélica y que se ha expandido desde Lutero a todo el mundo.
En cuanto a la decisión de permitir la enseñanza religiosa fuera del horario curricular, “entendemos que la misma debe llevarse a cabo respetando la libre decisión de los padres en enviar o no a sus hijos a dicho espacio. Y que la misma no es exclusiva.”
Animamos a los creyentes, padres, alumnos, docentes y pastores a levantar la bandera de la no enseñanza religiosa en las escuelas públicas en cada rincón de nuestra nación, creyendo en lo que dice las Sagradas Escrituras, de que Dios no hace acepción de personas.