Pablo Bruera, intendente de la ciudad de La Plata reconoció la labor realizada por las iglesias evangélicas en la zona afectada por las inundaciones ocasionadas en el mes de abril de 2013. Todavía siguen los trabajos en La Plata y aledaños. ACIERA Mujer continúa realizando tareas de restitución en lo indispensable para la vida diaria de aquellos que perdieron todo por la crecida de las aguas.
“Hay iglesias que apadrinan a familias enteras y damos gracias a Dios por ellos, porque la tarea se hizo y se hace” dijo Susana Calot de Ibarbalz, presidente de ACIERA Mujer.
Asimismo la dirigente aseguró que “también tenemos algunos casos donde las congregaciones por diferentes motivos, ajenos como propios, quedaron rezagadas en su tarea de padrinazgo. Eso nos llevó a hacer un nuevo relevamiento para ver qué cosas hacían falta y ver la situación real hoy. Se está haciendo una tarea pastoral”.
Por su parte, Silvia Zuccherino, integrante de la comisión de Damas de ACIERA, señaló que “hubo donaciones en dinero, las cuales pasaron por el Consejo Pastoral de La Plata para guiar y ayudar a que los afectados compren lo que necesitan de primera necesidad, en lugares donde no los estafen y se aprovechen de su situación de desamparo”.
“Campera para Ángela”
Dentro de los testimonios recogidos por ACIERA Mujer, un hecho llamó la atención de quienes trabajaron en esta encomiable tarea, que mereció el relato y toda su emoción por la forma en que se dieron las cosas.
Se recibió una campera en donación por parte de una mujer de una iglesia local. “¡Era una campera! La llevamos a La Plata, pero no sabíamos bien quien la recibiría ni como haríamos llegar a alguien que realmente necesitara una campera” sostuvieron las hermanas.
“Terminamos una reunión con Ángela [Nota de redacción: una lugareña afectada que está al frente de una parte de la tarea en La Plata] y se le comentó a ella que teníamos esa campera. Con lágrimas en sus ojos Ángela nos responde que ella necesitaba una campera, que la noche anterior había estado orando por un abrigo, porque frente a los fríos que hacía en ese momento no tenía con qué abrigarse” dijeron.
En ese momento los ojos de todas las presentes fueron los que se llenaron de lágrimas, “vimos tantos milagros y necesidades satisfechas, que este tan cercano y hasta tan obvio nos emocionó mucho”, concluyó el relato. Es que Ángela es una batalladora de la fe, su tarea fue encomiable y dejó para lo último su propia necesidad.
Cabe destacar que aún hay familias que no recibieron ningún tipo de ayuda o lo que les llegó es escaso y no han podido recuperar nada de lo perdido. ACIERA Mujer llama una vez más a las congregaciones que amorosamente puedan apadrinar una familia “tal vez dos congregaciones se pueden hacer cargo de una sola familia, pero necesitamos ayuda para cubrir todas las necesidades de los damnificados” dijo Calot de Ibarbalz.