Buenos Aires, 31 de Agosto 2020 — Cuando un miembro del Cuerpo sufre todo el cuerpo sufre, es bíblico y es lo que sentimos frente al dolor de la familia de nuestro querido pastor Ismael Meza, en especial a su esposa María Esther y sus hijos, nietos y la familia de la Iglesia Biblia Abierta de Capital Federal.
El pastor Ismael era querido en todas partes. Un hombre campechano, amable, siempre sonriente, siempre daba una mano y estaba gozoso de trabajar en las cosas del Reino. En ACIERA sirvió muchos años formando parte del Consejo Directivo Nacional, hasta diciembre 2019 pasado con mandato cumplido. Además formaba parte de la mesa directiva de la Federación hermana FECEP y era vicepresidente de la denominación Iglesia Biblia Abierta.
Dice la Biblia en Salmos 16:8-11 DHH:
Siempre tengo presente al Señor;
con él a mi derecha, nada me hará caer.
Por eso, dentro de mí,
mi corazón está lleno de alegría.
Todo mi ser vivirá confiadamente,
pues no me dejarás en el sepulcro,
¡no abandonarás en la fosa a tu amigo fiel!
Me mostrarás el camino de la vida.
Hay gran alegría en tu presencia;
hay dicha eterna junto a ti.
Estamos convencidos que esta ha sido la oración de nuestro querido pastor Ismael, ese que acostumbraba a servir con humildad y que ya goza de esa dicha eterna que hay en el Señor. Hoy despedimos su cuerpo mortal, con gran afecto, con un “nos veremos en la eternidad”. Vamos a extrañar esos asados preparados con tanto amor y de los cuales se gozaba en compartir cada mes durante las reuniones organizativas de esta institución. Abrazamos a la familia con clamor a Dios y la confianza que serán consolados. No sólo oramos por la familia de sangre, también lo hacemos por la familia espiritual que supo cosechar durante sus años de pastoreado y más aún durante su peregrinaje espiritual. Agradecemos a Dios por la vida de este hermano ejemplar y por habernos permitido conocerlo, disfrutarlo y a quien un día reencontraremos en la patria celestial.
Consejo Directivo Nacional