Se realizaron en las instalaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) durante el miércoles 9 y jueves 10 del corriente mes, las jornadas sobre «Discriminación Religiosa y Buenas Prácticas para su Prevención», organizadas por el INADI. Con la asistencia de representantes de diversos credos religiosos, en el comienzo, el director del INADI, expresó que «Argentina es ejemplo de diálogo interreligioso desde su formación como Estado, pero es necesario reforzar ese diálogo porque la discriminación existe, desde el que dibuja una esvástica hasta el que agrede a un musulmán».
Además se compartió el trabajo realizado por el Observatorio de internet del INADI, destacando que la religión es la principal causa de discriminación en las redes sociales. Según las denuncias que realizan la personas a esta dependencia el porcentaje llega casi al 22%, seguidos por cuestiones de género (15%), racismo (12%) y diversidad sexual (10%).
Durante el primer día y en el panel inaugural se abordaron las diferentes formas de discriminación en materia religiosa. El mismo lo integraron Erich Bertuzzi de ACIERA, Agustín Zbar, presidente de la AMIA, el obispo Kissag Mouradian, de la Iglesia Apostólica Armenia, Ricardo Elia, Secretario de Cultura del Centro Islámico de la República Argentina y Marisa Nasimoff de Fresco, Subsecretaria de Promoción de Derechos Humanos de la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo de la Nación.
El representante de la Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas de la República Argentina apuntó que “Los representantes religiosos estamos llamados a profundizar el acercamiento entre diferentes religiones para derribar mitos y prejuicios en la construcción de una sociedad democrática y justa”.
«Si bien la convivencia religiosa en nuestro país es fuerte y madura, creemos que aún podemos avanzar, sobre todo desde el punto de vista legislativo. El derecho a la libertad religiosa, a su ejercicio público y privado del culto, tiene como correlato el deber del Estado democrático de mantenerse neutral en lo que se refiere a la religión de sus ciudadanos», expresó.
Añadió además que en la legislación argentina está garantizada la libertad de culto pero no la igualdad, ya que hay «un culto y una iglesia que tiene preeminencia sobre las demás confesiones y obtienen un reconocimiento preferente», en referencia a la religión católica.
Por último, otro punto trascendente es la preocupación que está causando el surgimiento en los últimos años de nuevos movimientos y grupos sociales/políticos autodenominados progresistas. Estos, cargados de una ideología liberal, los cuales -aunque minoritarios- tienen un gran poder de lobby e influencia política y mediática, con la que están pretendiendo imponer una determinada cosmovisión social, avasallando, deslegitimando y censurando toda otra visión que se oponga a sus intereses, como aquellas que puedan provenir de un gran sector de la sociedad que valora la dimensión espiritual y religiosa como forma de vida. «Ante esto, debemos levantarnos y hacerle frente tanto las distintas expresiones religiosas de nuestro país, como hacer un llamado al Estado para que reconozca y proteja estas legítimas expresiones religiosas de nuestra sociedad», concluyó.
Luego, durante el segundo panel, orientado a debatir sobre libertad religiosa y discriminación y moderado por Alfredo Abriani, expusieron Raúl Scialabba, del Consejo Argentino para la Libertad Religiosa, Silvina Chemen, rabina de la Comunidad Bet El, Fernando Gianetti, de la Comisión Arquidiocesana de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso, Carlos Pauer, Secretario Ejecutivo de la Confederación Evangélica Bautista (CONFEBA), Leonardo Gabriel Allegue, de la Agrupación Social, Cultural y Religiosa Africanista y Umbandista y Adalberto Assad, de la Asociación Árabe Islámica y FEARAB. Entre las conclusiones de la mesa, Scialabba hizo especial énfasis en “la importancia de un marco legal que permita la libertad religiosa”.
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