ACIERA comparte el primer artículo de una serie de escritos proporcionados por la Sociedad Bíblica Argentina, acerca de la Biblia como eje central en la vida de quienes desean conocer el mensaje del evangelio y la prioridad de tener a Cristo en el centro de nuestras vidas, conduciendo al ser humano a una vida plena.
LA CENTRALIDAD DE LA BIBLIA
Tal vez has leído esa famosa frase de Lutero: «Y mientras yo dormía o bebía la cerveza de Wittenberg junto a mis amigos Philip y Amsdorf, la Palabra debilitaba al papado de forma tan grandiosa que ningún príncipe o emperador consiguió causarles tantas derrotas. Yo nada hice: la Palabra lo hizo todo.»
Uno de los grandes redescubrimientos de la Reforma – y en especial de Martín Lutero – fue que la Palabra de Dios llega a nosotros en forma de Libro. En otras palabras, Lutero comprendió este hecho poderoso: Dios preserva su mensaje para el hombre de generación en generación por medio de un Libro, no por medio de un obispo en Roma o la experiencia, el sueño o la revelación de algún nuevo profeta.
Lutero llama a la Biblia la “Palabra externa”, para enfatizar que se trata de algo objetivo, fijo, que está fuera de nosotros y, por lo tanto, que no cambia. Lo importante no es tanto lo que Dios “me dice” sino lo que Dios “dice”. Ninguna jerarquía eclesiástica ni ningún profeta iluminado pueden reemplazarla o amoldarla. Hay que tomarla o dejarla. Es un libro con letras que están fijadas, con palabras y oraciones.
Este es un elemento sumamente conservador que debería hacernos pensar. La iglesia encuentra su mensaje en un Libro que fue fijado hace muchos años y no cambia ni una coma. El desafío es transmitir esas verdades fijas, que no cambian, a todas las naciones y culturas, y en todos los tiempos.
Alguien podría argumentar: “Bueno, pero nuestro mensaje es Cristo, no un Libro”. Y eso es verdad. Pero es solamente cuando leemos, estudiamos, meditamos y predicamos este Libro, que podemos tener una visión clara de Jesucristo.
Como escribió John Stott hace varios años: “Hay una sola manera de obtener conceptos claros, verdaderos, elevados de Cristo, y es mediante la Biblia. La Biblia es el prisma que descompone la luz de Jesucristo en sus muchos y hermosos colores. La Biblia es el retrato de Jesucristo”.
Es por esa razón que, en el Congreso Internacional de la Biblia, organizado por la SBA hace algo más de un año, quisimos proponer tres énfasis principales, o, mejor dicho, un solo énfasis en la secuencia lógica de tres proposiciones:
- Reafirmar la centralidad de las Escrituras en la vida y la misión de la iglesia
- Reafirmar la centralidad de Cristo en las Escrituras
- Reafirmar la verdad de que “si Cristo es el centro de las Escrituras, cuando la Biblia está en el centro, Cristo está en el centro.”
Por eso, a través de una serie de artículos, queremos compartir algunas propuestas y desafíos para manifestar esa centralidad de la Biblia en la iglesia del Señor en Argentina. No pretenden ser simples propuestas institucionales y mucho menos personales, sino que surgen del diálogo con pastores, líderes, presidentes denominacionales, creyentes de años, jóvenes universitarios, etc., como así también de los trabajos de investigación que hemos desarrollado con otras instituciones.
Es un desafío que nos convoca a todos: la Biblia en el centro, Cristo en el centro.
Por Ruben A. Del Ré, Director General de la Sociedad Bíblica Argentina